Hemeroteca 2005

Dos antiguos Señores de Pinto dan nombre a sendas calles de nueva creación

El Ayuntamiento ha acordado dar nombre a las dos calles adyacentes al Parque Municipal Nicolás Fúster, que pasan a denominarse C/ Íñigo López de Orozco y C/ Luis Carrillo de Toledo. 16/9/2005
El municipio de Pinto siempre se ha caracterizado por incluir en su callejero a personalidades que hayan tenido que ver con su devenir histórico. Si bien para los nuevos barrios se optó por una nomenclatura basada en artistas españoles contemporáneos (La Tenería I) o personajes destacados de los útlimos cien años (La Tenería II), la historia local sigue siendo la primera opción cuando se trata de calles de nueva creación.

En esta ocasión, los nombres elegidos pertenecen a personajes que ostentaron el señorío de Pinto:

Íñigo López de Orozco: En 1359, Pinto pasa a ser Villa de Señorío al ser entregada por el rey de Castilla, Pedro I el Cruel, a Íñigo López de Orozco. Íñigo era, además, señor de Hita, Santa Olalla, Torija, Daganzo y Cobeña, Lorca y Alcalde Entregador de la Mesta, entre otros títulos; este último concedido por el rey Alfonso XI, el día 1 de noviembre de 1339.

En el curso de la guerra entre Pedro I y su hermano bastardo Enrique de Trastámara, D. Íñigo abandonó la causa de "El Rey Cruel" para aliarse con el pretendiente, por lo que fue despojado de sus propiedades, entre ellas la de Pinto. Finalmente Íñigo López de Orozco, primer señor feudal de la Villa, fue hecho prisionero tras la batalla de Nájera y asesinado por el propio rey, que vengaba así su traición.

Luis Carrillo de Toledo: también fue señor de Pinto. El día 2 de julio de 1624 el rey Felipe IV crea el Condado de Pinto y Don Luis se convierte en Conde. Durante este siglo los Señores, ya Condes, de Pinto fueron, tras el citado Luis Carrillo de Toledo, Ana Carrillo de Toledo, Benavides Carrillo de Toledo y Luis de Benavides.

En las prímeras décadas de Pinto como condado destaca la finalización de las obras de la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos y la importante caída, en la segunda mitad del siglo, de la producción agrícola, base de la economía pinteña.

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