Hemeroteca 2004

PEDRO ERREJÓN, UN PINTEÑO ALLENDE LOS MARES

La pasión por el mar llevó a Pedro Errejón a participar en la Regata Cádiz-Santo Domingo, una prueba a través del Atlántico que compartió con siete aficionados a bordo de La Nui, un barco de categoría IRC, con 13,85 metros de eslora. 22/1/2004
La competición emuló uno de los viajes de Cristóblal Colón a través de los dos continentes. Partió de la costa gaditana, el 22 de noviembre, pasó por las Islas Canarias -con la posibilidad de coger provisiones o repostar- y tuvo su ansiado final en la República Dominicana, después de casi un mes de intenso viaje.

La Nui invirtió 26 días para realizar esta regata de altura de cruceros. La ausencia de vientos alisios les retrasó unos días sobre los cálculos previstos. Uno de los peores momentos lo vivieron al principio porque nada más partir el rumbo fue muy incómodo y tuvieron fuertes tomentas. Hasta que no dejaron Canarias sufrieron la fuerza de las olas. Además, durante estas primeras jornadas tuvieron que acoplarse al barco y repartirse los cargos. El pinteño tuvo como misión principal vigilar los cabos de la bañera (al lado del timón). Para encargarse del timón hacían guardias de dos horas por pareja, lo que les permitía enlazar seis horas de sueño seguidas por la noche.

Su participación en la Regata Conde de Barcelona y las seis ocasiones que ha cubierto la Ruta de la Sal (Denia-Ibiza) eran toda su experiencia hasta el momento. Pese a todo el pinteño supo aguantar la presión. Errejón conoció a sus compañeros de tripulación en un foro de internet. En apenas dos meses reunieron el dinero necesario para pagar la inscripción de la prueba, alquilar La Nui y comprar las provisiones necesarias para afrontar la aventura.

PESCAR PARA COMER
La Nui tuvo que 'sobrevivir' una parte de su viaje sin víveres. Los alimentos de las bodegas se ajustaron al máximo para que el peso no fuera excesivo y la embarcación estuviera más ligera. Durante una semana tuvieron que conformarse con el arroz que tenían en la bodega y lo que pescaban. El agua no fue problema porque tenían potabilizadora.

La Nui consiguió terminar la prueba en tercera posición. Dos encalmadas (ausencia de vientos) de dos días, le hicieron perder la segunda plaza cuando ya avistaban tierra. Para Errejón, la llegada a la República Dominicana fue ¿un alivio y el final de un viaje extraordinario porque no se puede presumir todos los días de navegar a 70 nudos¿. Pese a la dureza de la aventura, el pinteño no descarata volver a participar en una competición de estas características: ¿me encantaría participar en la próxima edición dentro de tres años¿.
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