Morir, dormir, tal vez soñar...'' de "Hamlet'', William Shakespeare.
Escaparse de la realidad y soñar despierto. Dormir para escapar de lo real. Despertarse y trabajar. Y trabajar hasta volver a dormir, cada día. Un día y otro.
Que otros sueñen por nosotros, a nosotros no se nos permite, no podemos, no hemos sido elegidos. ¿No nos ves? Míranos.
Si soñamos, nos daremos contra la pared con fuerza, porque soñar, simplemente no está a nuestro alcance. Y la pared de lo diario es dolorosa. Así que, mejor reír y conformarnos. Y seguir trabajando hasta volver a dormir. Un día y otro.
Estar despierto mientras duermes, tiene sus ventajas. Despiertos, podemos ver lo que soñáis, mientras lo limpiamos todo para que lo encontréis como nuevo al día siguiente. Un día y otro.
Todo estará como nuevo, para que podáis volver a ensuciarlo con vuestra realidad del día a día.
Un día y otro.
Lo limpiaremos todo, también nuestros pasos. No quedará ni rastro de lo que fuimos cuando ya no estemos. ¿A quién podría importarle? Menos mal que nos queda la risa. Y juntos, soñando despiertos, con lo que podría haber sido, parece que el tiempo pasara un poco más deprisa. Y al final, incluso después de las noches más largas, un día y otro, siempre vuelve a salir el sol.
Para todos los públicos
Precio 6 euros adultos y 3 euros mayores de 65 años
Toda persona que asista al teatro Francisco Rabal deberá adquirir entrada independientemente de su edad